lunes, 2 de noviembre de 2009

Vivir con miedo

No hay que acostumbrarse a vivir en el infierno, al menos a mí no me interesa. Arrebatos en el colectivo, asalto a mano armada en comercios, secuestros virtuales, secuestros express, toma de rehenes, robos en domicilios...todo un menú de hechos delictivos de los cuales uno puede ser víctima en esta bendita Argentina. Pero ésto no es de ahora, hace muchos años que sucede los mismo, aunque últimamente el nivel de violencia y crueldad de los delincuentes ha ido in crescendo.

Jarra loca, paco, tetra, faso, bardo, yuta, es una combinación letal que rodea a muchos jóvenes desde pequeños y les hace perder el valor de la vida.
Sin educación, sin trabajo, sin afectos, sin modelos, van creciendo hasta convertirse en bombas de tiempo que destruyen familias en segundos. La droga les va comiendo la cabeza de a poco hasta dejarlos inútiles, anestesiados...

En tanto, nos rodeamos de rejas, alarmas, perros, seguridad privada, sin embargo el miedo sigue ahí, intacto.

Hoy me pregunto ¿qué se hace si las personas que debieran velar por todos nuestros derechos se mantienen al margen?.

2 comentarios:

Leonardo Reinert dijo...

La ayuda o solucion del problema de inseguridad, no tendria que venir del sistema de justicia, del estado mismo?

Si estos entes no responden o cumplen sus funciones, que nos queda? aguantar? esquivar las balas?

Unknown dijo...

No tenemos que engancharnos en su juego. Su indiferencia genera bronca, y eso nos lleva a enfrentarnos entre nosotros. Desunidos servimos?. No, al contrario, desunidos nos dominan más.
Desunidos no nos damos cuenta de cuánto ganan ellos con los planes, sino mirá: cuánto sale abrir una fábrica, y cuánto deberían pagar a cada persona contratada?.Sueldo básico $1500.
Ahora pensá ¿cuánto sale un plan social?. $280. O sea con cuánto se queda el Estado?.
Es simple con la indiferencia de ellos, nos enojamos y nos enfrentamos, pero pensar lo simple no lo hacemos porque nos ocupamos de los que no se ocupan.
Pongamos más seguridad en las casas, hablemos más entre nosotros, hagamos grupos en los barrios de victimas de inseguridad o de no victimas, entre todos quiza podamos encontrar una solución a la ausencia de un Estado corrupto.