jueves, 17 de julio de 2008

La importancia de llamarse Cleto


Hace casi un año cuando se presentó la fórmula presidencial, muchos lo cuestionaron, otros lo repudiaron y hasta lo llegaron a expulsar del partido radical. A rigor de verdad, nunca generó demasiadas expectativas. Entre tibio y entrovertido nunca deslumbró por su carisma y el arrimarse a los Kirchner despertó mucha desconfianza.
Fue gobernador de la provincia de Mendoza, y si bien no fue una tarea para nada fácil, el fin de su gestión dejó en evidencia unas cuantas asignaturas pendientes.
Hasta ayer, apenas era un cargo, una parte de este gobierno tan controvertido.
Pero anoche, este hombre común, nos dio una gran lección. No todos los políticos son iguales de reprobables, por el contrario, algunos sí respetan la Constitución, escuchan y respetan a quienes le han dado el poder.
Sólo un deseo, que ésta actitud sea contagiosa y perdurable. Al fin y al cabo no somos un pueblo tan exigente, con un poco de sensatez y cordura nos hacen muy felices.

No hay comentarios: