viernes, 11 de abril de 2008

El acto sinvergüenza

Ayer por la tarde, durante el programa de radio, recibimos el llamado de una oyente que me impactó. Con sencillez y una profunda angustia nos relataba como había deambulado varios días por hospitales públicos, junto a su hermano moribundo buscando un tomógrafo para realizarse el estudio que podía salvarle la vida. Finalmente el hombre falleció sin saber cuál era el mal que lo afectaba.
Mientras tanto, la tv difundía, obsecuente, las imágenes del acto de Néstor Kirchner. Pancartas, tribunas llenas y cantos agraviantes inundaban la atmósfera. El patético consorte no dudó un instante en retomar el ataque y repartió solapadas amenazas a todo ser humano que osara en pensar distinto a él. Sin quererlo dejó a su mujer en la tan temida posición de gobernante débil y tuvo que salir a defenderla.
Afuera estaban los micros alquilados que trasladarían luego a los militantes a sueldo.
Cayó la noche y las calles de la ciudad se poblaron de niños, mujeres, hombres que revolvían la basura.
Salí de la radio y caminé. Una sensación de profunda injusticia me embargaba. Eran las dos caras de la Argentina que se mezclaban en mi cabeza hasta marearme.
Por un lado el abandono, la pobreza, el desvalimiento y por otro la prepotencia, el pan y el circo en su mayor expresión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es indignante ver lo que hacen con el dinero de la gente. Después hablan de distribución y equidad. Son unos delincuentes.
Dr. Luis Salazar